sábado, 26 de octubre de 2019

Lo Extraño del Miedo


       El miedo es una de las experiencias más comunes que sentimos los seres humanos todos los días. Hay quienes padecen algún tipo de fobia que puede llegar a impedir llevar una vida normal pero también existe quien disfruta pasar un rato de miedo y/o sentir adrenalina. En realidad es muy normal este comportamiento. De hecho, es por eso que existen los juegos mecánicos, incluyendo alguna atracción como la casita del terror dentro de estos parques de diversión populares. Incluso pagamos para tener acceso a esas experiencias. Qué decir de las películas de terror, muchas de ellas todo un éxito comercial. Es curioso como encontramos el gusto por el miedo y la adrenalina, sin duda es un escape a la vida rutinaria, al estrés del trabajo, las deudas, problemas personales, y que mejor que puedas hacerlo y/o compartirlo con tus seres queridos.

Por otro lado, México tiene un folclore envidiable. Tanta cultura esparcida y diversa en todo su territorio que lo hace un país rico en tradiciones. Una de tantas es la del Día de muertos, que actualmente está un poco combinada con Halloween pero que todavía se pueden diferenciar muy bien. En realidad las dos me gustan, ya que no me parece nada malo que los niños se diviertan pidiendo dulces con el disfraz de la película o serie moda; y que recordemos a nuestro seres queridos por medio de ofrendas, el olor a cempasúchil, el tradicional pan de muerto, las calaveras, y sobre todo ¡los colores! del papel picado por ejemplo.

Sin embargo, algo que no puedo negar que me gustaba mucho y ligado con esta tradición son las historias de miedo que, en mi caso, mi abuela (QEPD) nos contaba. Es muy vaga la memoria que tengo de mi abuelita, pero recuerdo poner mucha atención a estas historias y leyendas pueblerinas. Era muy entretenido escucharla y al mismo tiempo sentir un poco de miedo, eso sí, rodeado de mis familiares y primos. Ahora creo que era parte de las costumbres. Estoy seguro que tú has pasado por algo similar, y que incluso recuerdas mejor las historias que tu abuelito o abuelita te contaba.

Los años han pasado, pero mi gusto por este tipo de historias no ha cedido. Se ha creado en mí un interés por escuchar a las personas y sus historias de esta índole. Actualmente me parece que esta costumbre ha ido desapareciendo y/o transformándose debido a nuestro ritmo de vida acelerado, con prisa, que ha generado la costumbre de ya casi no escuchar. Aun así, ha prevalecido y no podemos negar que cuando nuestra charla con un amigo, vecino, conocido o familiar tiende a lo extraño se crea una curiosidad por estas historias, de las cuales no podemos evitar sentir algo de miedo y que muchas veces, tal vez por nervios, terminamos con una sonrisa. Esa es la razón de ser de este espacio, compartir Historias Extrañas que nos acompañen en nuestro viaje o transporte, en familia o compañía, como un escape de la realidad, liberando nuestra imaginación, disfrutando del miedo.

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